Para
los amantes de la lectura hay un mes especial, un mes que llevan marcado a
fuego y que esperan todo el año con cierta ansiedad, porque les permite acercarse
a las figuras literarias que admiran y compartir un poquito de tiempo con
ellos, plasmar en una foto el instante en el que les firman su ejemplar o
intercambiar unas palabras. Luego guardarán ese libro como el más preciado de
los tesoros.
Siendo
escritor se vive aún con más intensidad. Estas expectante, inquieta, pero
agradecida a cada persona que se acerca a ti, que se interesa por tu libro, que
te pregunta, que se anima a adquirirlo y que quiere que se lo firmes, eso es
algo que nunca olvidas.
Como
cada año las escritoras de Aula Literata
han estado presentes en las ferias de libro de Málaga y Almería; dos escenarios
que conocen bien y que tantas alegrías les han dado. Ambos eventos coincidían
en el tiempo, por lo que hubo que repartirse como mejor se pudo y así las dos
capitales disfrutaron de las historias de estas dos creadoras de sueños a
través de los cuentos infantiles.
Este
año la expectación era máxima ya que ambas presentaban novedades, sus últimos
cuentos se representarían para deleite de los más pequeños que con sus caritas,
miraban con curiosidad la teatralización de la historia. Música y algarabía se
mezclaban en el ambiente mientras las autoras se preparaban: Marian presentó
primero su cuento ¿De qué color son los
colores? Una aventura sobre la tolerancia a través de los colores. Ataviada
como el hada de las mariposas fue
desgranando los entresijos del misterio que envolvía a Dalton, un niño que no
veía los colores como los demás. Los pequeños cantaron y jugaron al juego de
los colores sintiéndose como un personaje del cuento más. Fue una divertida
jornada.
Pero
esto solo fue el preámbulo, Lydia y su espíritu explorador y aventurero, nos
trajo Un pequeño espía, y allí
estaban todos, niños y grandes jugando con ella, volando con la imaginación con
los pájaros del cuento, aprendiendo de ellos y sobre todo, divirtiéndose mucho.
Pero
casi lo mejor estaba por llegar; impacientes e ilusionadas nuestras autoras
ocuparon sus sitios para firmar y allí, a lo largo de dos mañanas, conocieron a
muchos niños y niñas que quisieron acercarse a sus narraciones, a aprender
valores mientras leen, a pensar y como no, a desarrollar su creatividad los
marcapáginas y las manualidades con las que las autoras las obsequiaban, pero
sobre todo compartiendo la pasión por la lectura.
De
las muchas anécdotas o vivencias que se llevan, se quedan sobre todo con las de
aquellos niños que se sintieron identificados con la historia y no quisieron
soltar el libro cuando sus padres los adquirieron.
El año que viene volverán con más narraciones
y sueños con las que sorprender a los ávidos lectores.
¡Nos leemos!
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