Esta
es la tercera parte de la saga de la villa de las telas y ha sido el que más he
disfrutado de todos, tal y como comenté en el post de mis novelas favoritas de
2020.
Es
verdad que considero que estas novelas son historias sencillas pero entretienen
mucho y este en concreto me ha hecho disfrutar la lectura.
Otra
vez volvemos a ver las desventuras de la familia Meltzer una vez pasada la guerra
con los personajes encauzando su vida de una forma u otra. Marie sigue siendo
la gran protagonista, una mujer adelantada a su tiempo, con ambición y que no
teme enfrentarse a quien sea por seguir creciendo como persona. Se trata de un
personaje que no defrauda y que se ha mantenido coherente a lo largo de todos
los libros.
En
esta historia se introducen nuevos personajes, como la institutriz antigua
amiga de Elisabeth, que consigue convertir la mansión de las telas en un río de
aguas turbulentas siendo un personaje odioso que estas deseando que desparezca.
Elisabeth en cambio ha conseguido gustarme más que en los anteriores libros, me
ha gustado su evolución, ha cambiado en mi opinión para bien, se ha vuelto
apasionada y luchadora, aunque no ha dejado de lado su espíritu acomodado, como
le corresponde a alguien que ha nacido entre algodones.
La
novela retrata con buen acierto los valores y los pensamientos de la época en
los que importaba el qué dirán los demás y en los que todo estaba escrito según
la posición social que tenías.
Esta
narrado con buen ritmo de forma correcta y ha introducido un elemento diferente
que hasta ahora no se había viso y es un pequeño misterio en torno a la muerte de
un personaje nada agraciado, pero aunque esto me produjo satisfacción, se
resuelve de manera demasiado rápida y fácil cuando podía haberse metido de
lleno en una buena trama de misterio ya que la historia lo pedía y eso lo
habría enriquecido mucho. Con todo la recomiendo como lectura muy entretenida.
Nos
leemos.
Marian
Rivas.
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