¿Puede
esta historia ser un ejemplo de empoderamiento femenino? Pues sí, esta versión
de La Bella durmiente lo es por extraño que parezca.
Aquí la
protagonista es una joven que sí, nació princesa, pero como cualquier mujer
decide lo que quiere hacer, cómo lo quiere hacer y cuando lo quiere hacer,
desafiando los convencionalismos de la época, eligiendo su destino, incluso a
nivel sentimental. Lo que demuestra que esta historia puede ser vista de
diferente forma en una edición de cartoné desplegable con ilustraciones muy
bonitas y exquisitas.
Esta
revisión de este archiconocido cuento que está firmando por Lola Moral y Sergio
García Sánchez, choca de frente con el clásico de sobra conocido por todos, que
ha pasado de generación en generación y cuyas versiones más famosas proceden de
los hermanos Grimm y Charles Perraut. Partiendo de ellas se dulcificaron
detalles y se lanzó como cuento infantil. Disney hizo su versión, una que todos
en nuestra infancia hemos visto idealizando la vida en los castillos y soñando
con príncipes, dragones y brujas malvadas.
En las
historias antes mencionadas nos encontramos ante una narración en la que la
princesa es salvada por el príncipe, y apenas si tiene poder de decisión sobre
su destino porque está escrito de antemano.
Ahora
tenemos dos versiones diferentes con una misma protagonista que cuenta con unos
elementos a priori idénticos, pero con desenlaces diferentes y eso es lo bueno
de la literatura.
Nos
leemos
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