1.
El tiempo narrativo.
El método más utilizado para narrar suele ser el lineal, es decir, con
los hechos en orden cronológico, del más antiguo al más reciente, aunque a
veces se puede alterar:
·
Se
pueden omitir hechos entre una acción u otra porque no se consideran relevantes
o no aportan nada a la trama. Ej: cuando el personaje va de un sitio a otro.
Solo importa saber de dónde sale y a donde va, no lo que le pasa por el camino.
El narrador nos muestra lo que verdaderamente importa, concentrándose en
los datos relevante, omitiendo aquello que no lo sea. Esto se denomina Elipsis.
Muchas veces en una novela, puede haber saltos en el tiempo, lo que se
denomina (flash forward). Si
se trata de una narración en presente, pero que acude al pasado el proceso se
denomina (flashback). Ambos
son muy populares en las películas, pero también en la narración escrita.
El tiempo en que narremos, puede acelerar o
ralentizar la obra.
Ejemplo:
Tempo real:
Alicia llegó a casa, abrió la puerta con las llaves
y tras cruzar el pasillo se dejó caer sobre su sofá. En seguida se durmió presa
del cansancio.
Tempo rápido:
Alicia llegó a casa y fue directa a tumbarse sobre
el sofá para descansar.
Tempo muy rápido.
Ya en casa, Alicia se rindió a un sueño reparador.
Tempo lento:
Alicia abrió la puerta de casa, tras pasar unos
interminables segundos buscando las llaves, que parecían haber desaparecido en
el fondo de su enorme bolso. Presa del cansancio acumulado en su larga jornada
laboral, se dirigió a la sala de estar, descalzándose mientras cruzaba el
pasillo; se tumbó en el sofá adoptando una postura cómoda sin importarle que su
traje nuevo se arrugara y vencida por el sueño se rindió a un merecido
descanso.
En la novela histórica, según la época en la que se ambiente la trama,
suele recurrirse a narrar de modo lineal, sobre todo si se ambienta en la Edad
Media o Moderna; en historias ambientas en postguerra, Segunda Guerra Mundial,
o etapa Victoriana, se suele intercalar con el flashback.
Ejercicio:
Escribe un suceso
que transcurra en tiempo real, lento, rápido y muy rápido.
2.
Personajes:
El personaje es el hilo conductor que maneja el
narrador para desarrollarnos la historia. Solo tienen voz en la novela y tiene
una misión que cumplir, contar su historia en el caso del principal, o la de
otros, si es testigo. También puede que sus vivencias enriquezcan la trama,
sean un complemento de la principal interactúan con él.
Debemos destacar a nuestros personajes principales,
antagonistas, secundarios y puntuales elaborando un breve desarrollo de qué es
lo que va a pasarles.
Personaje principal o protagonista:
Es el más importante de la trama, sin él la
historia no existiría, la mayoría de los sucesos giran en torno a él. Es el que
más interactúa con los demás personajes y al que le pasan la mayoría de las
cosas. Puede haber más de un personaje principal, siempre que su presencia esté
muy destacada en la trama. Estos serían los coprotagonistas.
Personaje antagonista:
Este sería el que intenta impedir que el
protagonista cumpla con sus propósitos, es digamos su opositor. Suele tener un
peso importante en el desarrollo de la trama y está en continuo conflicto con
el principal. Su misión es impedir la victoria del este. Suele ser denominado
el villano o malvado de la historia. Sin necesidad de que tenga una maldad
manifiesta, solo que sus intereses son opuestos al del principal.
Personaje secundario:
Tienen una presencia importante en la historia,
pero no la abarcan por completo, como sucede con los anteriores. Su trama está
subordinada a los otros, a como de complemento. Nunca van a ser más
importantes. Pueden tener su propia trama, pero nunca va a tener más relevancia
que la principal. Pueden aparecer durante toda la trama de la novela.
Personaje puntual o esporádico
Su presencia es breve; aparecen en uno varios
momentos puntuales de la trama. Pueden aportar datos importantes, ayudar o
entorpecer al protagonista o antagonista.
Empezamos a
crear la historia:
A partir de aquí vamos a ir creando los primeros
esbozos de nuestra historia, empezando por los personajes:
Primeros pasos:
Una vez que tenemos las ideas de lo que queremos
contar debemos hacer un esquema que nos ayudará a determinar los pasos a seguir
en la trama:
Planteamiento
En él destacaremos las pinceladas acerca de cómo
vamos a plantear el contexto histórico (ambientación, caracterices de la época
y como todo esto se va a encuadrar la trama a desarrollar)
Ahora seguimos con nuestra trama
Una breve descripción del desarrollo de la trama
Un breve resumen del final.
Todo esto suele, y a veces, debe cambiar sobre la
marcha, de hecho, es solo una idea para trabajar, el pilar en el que vamos a
basar las primeras ideas de nuestro trabajo.
Para ello podemos elaborar una estructura de
lo que queremos que suceda:
Por ejemplo:
vamos a crear una novela ambientada en la Segunda Guerra Mundial, y tenemos
claro que la trama va a ir de una chica judía que se hace pasar por una joven
nazi, espía infiltrada para ellos, en círculos de la resistencia.
Tenemos la época: S. G. M.
Tenemos los personajes: La chica y personaje principal:
un nombre típico alemán Astrid. Según la misión que va a llevar a cabo ha de
ser joven, pero no demasiado, (necesita madurez para llevar a cabo esa tarea)
aunque la falta de ello nos puede venir bien para encarar alguna situación.
Como es judía y se quiere hacer pasar por alemana, hemos de describirla tal y
como decían los parámetros nazis que era la raza aria: rubia, ojos azules, pelo
liso y que hable alemán a la perfección. Un personaje que tenemos que dotar de
humanidad, simpatía o hacerlo despiadado o malvado, dependiendo del bando en el
que queramos que esté ¿es buena o mala persona?
Personaje coprotagonista: aquí debe haber alguien del que se enamore, (si va a ver trama de
amor) o alguien que interactúe con ella y que le haga cuestionarse su forma de
actuar, recordarle quien es y de donde viene. Un pilar de referencia.
Puede ser desde una amiga, una hermana o una persona que admire. Alguien que
comparta sus orígenes, que sepa su secreto y que no lo vaya a revelar.
Personaje antagonista: Un nazi que la descubra y la chantajee.
Personajes secundarios: Quienes la ayuden o la traten de fastidiar.
Personajes puntuales: alternará con ellos y pueden
ser: opuestos a ella, nazis, espías, soldados, con los que ella ha de
relacionarse y nunca deben sospechar la verdad.
En nuestra novela puede haber una historia de amor
que resulté clave o no para su comportamiento, lo normal es que, si nos
decantamos por enamorar a nuestra chica, esta historia la marqué para bien o
para mal.
En una novela histórica puede haber
más subtramas:
·
Misterio (se está intentando desvelar algún secreto y parte de la trama se
dirigirá en esa dirección)
·
Intriga, no solo en base a ese secreto, sino en otros aspectos; Acciones de los
personajes que van a llevarlos a un entramado de difícil escapatoria….
Una vez que vamos a empezar a relatar nuestra
historia hay que dejar claro cómo y de qué manera vamos a situar al lector en
nuestra novela, es decir, de qué forma vamos a introducir los datos de
ambientación para recrear las vidas de nuestros personajes, para que esta sea
un personaje más que nos acompañe en el desarrollo.
En este planteamiento debemos poner la idea de
trama que tenemos prevista:
Por ejemplo:
Nuestra chica Astrid, para evitar caer prisionera
decide hacerse pasar por alemana aprovechando su aspecto. Es lista, instruida y
tiene mucho valor.
Entra como espía para un grupo alemán, se gana la
confianza de la gente y se le encarga una misión: debe delatar a los judíos que
conozca, hacerse pasar por uno de ellos y buscar toda clase de información.
Ella, tiene un conflicto emocional: salvar su vida
o la de las personas con la que se ha criado.
Para empeorar su situación haremos que se enamore
de un judío y que ahora se plantee aún más que hacer.
Uno de sus compañeros puede enamorarse de ella o
darse cuenta de que ha mentido y ella se verá a obligada a hacer lo que sea
para mantener su silencio.
Esquema principal:
Personaje principal Astrid, un coprotagonista y un
antagonista, un judío y un nazi.
Una trama de espionaje, de mentiras y riesgo y otra
de amor.
A lo largo de la narración los personajes pueden
dictarnos lo que quieren hacer y esto puede variar nuestro planteamiento
inicial. No pasa nada, de hecho, es bastante bueno, lo único que hay que tener
en cuenta es: Coherencia, originalidad (sobre todo si usamos una trama en una
época muy conocida y de la que haya muchas obras) veracidad y entretenimiento.
Ejercicio:
Elaborar una historia con un planteamiento parecido al del ejemplo. Un
esquema o estructura de trabajo: Una época, un personaje principal, el
secundario, si va a ver amor o no, si va a ser determinante. En definitiva, el
principio de una novela.
Primeras ideas de argumento.
Próxima semana: el conflicto
¡No
leemos!
Marian
Rivas
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