Cuando leí este libro solo
tenía como referencia la película protagonizada por Julia Roberts y Owen Wilson, cuyo guion me había enamorado, pero quería saber más y decidí adquirir la obra.
Me encontré ante una
novela de casi 500 páginas que devoré con ansia en pocos días aun tratándose
de narrativa juvenil, un género que no suelo leer, pero que me atrapó.
Tenía ante mí una
historia de tolerancia, de respeto de amor por los demás, de solidaridad y
empatía contada por un niño de 10 años que, por culpa del destino, la mala suerte
o vaya usted a saber nació con una enfermedad genética que le hizo tener un
aspecto poco agraciado o más bien, un aspecto que invitaba a mirarle asombrado o
asustarte si eras muy pequeño. August vive con una malformación en el rostro.
Ante esta situación nunca había ido a la escuela, aprendía en casa y apenas
tenía algunos amigos, pero llegó el temido día en que no le quedó más remedio
que asistir, ya que su madre, su maestra hasta ese momento, se veía limitada
para seguir impartiéndole lecciones, y allí se enfrentó a un mundo de crueldad
en forma de burlas, de miradas, de risas malintencionadas, etc. Pero también
conoció el valor de la amistad sincera y el cariño y la empatía de los demás.
Es una historia tierna, en
la que vamos conociendo la vida de este chico desde el punto de vista de varios
personajes: el propio August, su hermana Vía, sus amigos nuevos en el colegio:
Jack, Summer, Charlotte y el novio de su hermana. Cada uno nos irá contando
cómo es vivir con él, cómo es el chico cuando ignoras su aspecto, que al final
no deja de ser una careta que todos tenemos, una tarjeta de presentación
estética que no nos define como personas.
Con esta historia me he
indignado, he sonreído y me he emocionado hasta casi soltar una lagrimita y es
que me he encontrado con situaciones en las que pensaba ¿cómo es posible que se
sea tan cruel con él? ¿De verdad somos así las personas? A menudo pensaba cómo me
habría comportado yo con aquella edad si a mi colegio hubiese ido un chico como
este. ¿Por qué de entrada hay gente dada a hacer sentir mal a los que son
diferentes?
En cada capítulo vamos viendo por qué cada persona se comporta de
una forma u otra, y que la educación y el respeto nacen en casa.
Es una novela bonita, con
una preciosa enseñanza y creo que debería ser de lectura obligada en los
colegios y trabajada en clase.
¡Nos leemos!
Marian Rivas
No hay comentarios:
Publicar un comentario