1.
Conflicto
En todas las historias hay un conflicto,
no tiene que ser una pelea, pero si algo, un obstáculo por ejemplo que les
impida lograr su objetivo, trabas que le dificulten conseguir el éxito que
necesita y que obligue a actuar incluso de forma inesperada.
El conflicto da interés a la trama
y es uno de los elementos más importantes de historia.
Tipos de conflicto:
A. Un personaje contra otro: el más usual, que lo obstaculiza cada vez que
se le presenta la ocasión. En nuestra trama, sería Johan, el nazi que descubre
a Astrid. Para obstaculizarlo puede engañar, seducir o confundir al personaje
principal.
B. Un personaje contra un
grupo: Es muy usual. En nuestro caso podría ser Astrid contra los
nazis, o los judíos a los que ella misma engaña.
C. Un personaje contra sí
mismo: En nuestra trama, Astrid
tendrá momentos en que se planteé qué es lo que está haciendo, si debiera
continuar o parar. Puede que un personaje sea el que le haga plantearse las
cosas, un hecho o una situación. Este es un recurso muy interesante, pues
aporta un planteamiento que puede dar lugar a muchos giros en la trama.
D. Personaje contra una fuerza
impersonal: es menos convencional,
se suele dar cuando el protagonista lucha contra elementos naturales, como por
ejemplo una tormenta.
E. Personaje contra el destino:
Recurso
de las obras de teatro de dramaturgos como Shakespeare. En este caso el
personaje que se enfrenta a un destino marcado siempre va a perder.
Ejercicio: Escoger un tipo de conflicto y
elaborar un principio de trama con él, puede ser de la historia planteada de
Astrid, la espía judía u otra.
5. Recopilación de datos. Documentación para la recreación de
una novela.
Vamos
a empezar con nuestra novela histórica.
Lo
primero a tener en cuenta para ello es saber qué clase de información
necesitamos: una para la ambientación general, (la que define el contexto
histórico en el que nos basamos) y otra, la específica (la que define y da
verosimilitud a nuestra trama)
Para
ello buscaremos fuentes de información:
Algunos
ejemplos son:
Ø Libros específicos de historia (del
conflicto concreto o etapa que necesitamos, en el que podemos encontrar todo
tipo de datos que nos pueden servir: cronologías, sucesos de los que no
teníamos idea, etc)
Ø Artículos de investigación (ya
sea de publicaciones periodísticas o de universidades, o tesis que hayan sido
publicadas sobre el tema, etc)
Ø Documentales, películas, audios. De
aquí podemos encontrar datos como el día a día en una ciudad bajo el yugo de la
guerra, cartillas de racionamiento, metodología de espionaje, estilo de ropa,
formas de actuar, etc)
Ø Internet:
algunas de los datos nombrados anteriormente, pueden encontrarse en la red, que
es una auténtica fuente de información en sí misma. Pero se ha cuidar mucho de
que webs se obtiene, debemos acudir a páginas fiables (universidades o
editoriales especializadas)
Ø Entrevistas con
personas que hayan vivido en la época que vamos a trabajar.
UTILIZACIÓN DE LOS DATOS: RECREACION
DE LA NOVELA
Inicio
de la novela:
Las primeras páginas de una novela son
cruciales para enganchar al lector y para ello debemos utilizar una buena parte
de la artillería con la que contamos:
·
Podemos utilizar una conversación que nos
introduzca en la forma de pensar y actuar de los personajes, y nos dé las
pinceladas de lo qué va a pasar más adelante.
·
También se puede empezar con una descripción
breve que nos sitúe a modo narrativo, o con un acto que nos descoloque y que
nos genere la necesidad de una explicación.
Ejercicio: Vamos a hacer un
ejercicio para casa, buscando un suceso real y recreando una historia
aprovechando el suceso y que empaste bien y con coherencia.
Lo primero que vamos a empezar es a situar
la historia:
Podemos comenzar hablando de la ciudad en
la que vive, (Múnich), aquí introduciremos los primeros datos del contexto
histórico en el que está situada, (La II GM) hablando de cómo está la ciudad
desde que empezó la guerra, como se vive en el barrio donde ella está, el
miedo, los peligros.
«Bien
entrado 1941 la guerra seguía avanzando. No había vuelto a ir a la ciudad tras
los últimos bombardeos, y debido a la precaria situación que se vivía en la
ciudad, andar por las calles se estaba convirtiendo en una tarea de lo más
penosa. No se podía pasear indocumentado bajo ningún concepto. Se sabía a
ciencia cierta que en cualquier lugar o circunstancia te podían sorprender con
un control, ya fuera en una tienda —donde la gente se agolpaba para conseguir
la poca comida que permitían las cartillas de racionamiento, lo que daba lugar
muchas veces a espectáculos verdaderamente dantescos, tales como peleas entre
varias personas disputándose el trozo de pan más grande, cuando prácticamente
todos eran iguales—; o en cualquier calle, en las cercanías de cada barrio. Si
nos acercábamos a los edificios oficiales, el control era aún mayor; hasta
cuatro manzanas antes te estaban pidiendo las identificaciones y conforme te
ibas acercando te encontrabas con «pequeñas aduanas» donde un hombre sentado a
una mesa te pedía la identificación para comprobar en sus datos.»
Se aportan datos para situar al lector en
la época, fechas, como avanza el conflicto bélico, primero a nivel general, y
luego particular, es decir, centrándonos en su entorno más cercano y en cómo le
afecta a ella la nueva situación.
Ejemplo:
«El
grupo no paraba de presionarme y de impacientarse. Varios de los miembros
habían caído presos en campos de concentración obligados a desempeñar trabajos
forzados hasta la muerte. Yo seguía sin saber nada de Karl, salvo las por las
iniciales a pie de foto que cada día salían en el periódico, lo que me indicaba
que seguía vivo en medio de toda esta locura, pero estaba tan preocupada,
triste y nerviosa, que no había cesado en mi empeño de presionar al grupo para
ponerme en contacto con él o con Sofía, de la que tampoco sabía nada desde que
empezó la guerra.»
Como se hablaba anteriormente, hay que tener
mucho cuidado a la hora de presentar a los personajes, pues son el instrumento
que deben captar la atención del lector, por ello es importante no presentarlos
demasiado perfectos, sino que sean personas con las que más o menos el lector
se pueda identificar, en este caso Astrid es una persona normal, pero que por
circunstancias, (huir de ser capturada y llevada a un campo de concentración se
mete en una misión por supervivencia) sean capaces de hacer cosas que en un
principio nunca habrían pensado. La mayoría de las decisiones que toma no van a
ser compartidas por el lector, pero tiene que entender, y comprender que lo
hace por sobrevivir. Es decir, el personaje ha de ser capaz de explicarse
siempre, habrá momentos en el que lo odies, lo ames, pero siempre ha de
enganchar de manera que quieras conocer el siguiente paso.
Los
personajes secundarios y los coprotagonistas también son esenciales, ya que son
los que van a interactuar con ella y son los que harán que se plantee sus
actividades, deben estar claramente definidos: el chico al que ama Joseph, o el
nazi Johan.
El
comienzo de una novela es muy importante, pues si el lector lleva unas
cincuenta páginas y no muestra interés por la historia, difícilmente va a
continuar con la lectura.
Ejercicio:
Vamos a iniciar la historia de Astrid, o a
continuar la del ejercicio anterior. Empezaremos escogiendo el tiempo en el que
vamos a narrar, por ejemplo, primera persona en pasado, así conocemos la
historia desde su punto de vista.
Explicamos un poco como está la situación en
la ciudad, para ello vamos a buscar información sobre una ciudad alemana, en la
II Guerra Mundial. Tras ello la presentamos, a ella.
Si se
trata de una novela de misterio o espionaje luego podemos introducir cambios y
giros de trama, y así sorprender al lector. Si se trata de una novela
ambientada en la Edad Media o Moderna, los giros de tramas pueden ser también
muy ricos en sí mismos, pues en dichas etapas de la historia, las guerras, la
tiranía feudal, y los conflictos entre nobles pueden dar mucho juego para
tramas de intrigas, venganzas y traiciones que nos pueden servir para
introducir sorpresas inesperadas.
Si
estamos en una novela histórica-romántica, introduciremos a los personajes
planteando entonces su personalidad desde el punto de vista mucho más romántico
o dulce, destacando sus cualidades desde un punto de vista más atractivo.
Ejemplo de romántica-histórica:
Ejemplo:
«A
partir de aquel día vía Karl todas las tardes, siempre tomábamos un refrigerio
en la cafetería que se encontraba cerca de su trabajo. Aquellos encuentros
sirvieron para conocernos más a fondo. Nuestras conversaciones abarcaban todo
tipo de temas: solíamos hablar de libros, de música, de amor… Resultaba
adorable estar con él, me escuchaba tan atentamente como nunca lo había hecho
nadie anteriormente, mirándome con sus ojos azules sin perder detalle alguno de
lo que decía. No conseguía entender cómo alguien podía estar tan ensimismado
con otra persona como para no darse cuenta de lo que sucedía a su alrededor. Era
guapo, muy dulce y encantador, de ímpetu joven y alegre cuando estábamos juntos.
Si tomaba mi mano entre las suyas, un cosquilleo se adueñaba de mi estómago
haciéndome sentir como si flotara entre nubes de algodón. Sentir su piel en
contacto con la mía, sentir su aliento cuando me susurraba al oído o el calor
de sus besos en mis mejillas; todo eso había hecho que cayera sin remedio en
las redes del amor y que le entregara mi corazón sin pensarlo.
Conforme
tenían lugar nuestros encuentros, me sentía como sí le conociera de toda la
vida, y eso me llevó a actuar precipitadamente para adelantar un hecho que,
quizá, por sí solo, hubiese tardado más tiempo en llegar. Y es que tres semanas
después lo lleve a casa, los dos sabíamos que significaba un gesto así. Yo
estaba deseando tenerle junto a mí de una forma aún más especial de la que
hasta ese momento pudiera resultar en nuestras citas. Añoraba sentir su cuerpo
contra el mío y que sus fuertes manos recorrieran las líneas de mi anatomía.»
Ejercicio:
Empecemos la historia con el encuentro de
nuestros protagonistas, desde un punto de vista romántico incidiendo en
detalles como el físico, las sensaciones que sienten, etc. Luego haremos lo
mismo, pero sin esos detalles. Tengamos en cuenta la época en la que
ambientamos el encuentro. No es lo mismo la trama de Astrid en la Segunda
Guerra Mundial que si fuera en la Edad Media.
Próxima
semana: Estructura de la trama.
¡Nos leemos!
Marian Rivas
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