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Portada de la novela |
Amelia
Garayoa es el alma de esta historia y un personaje que me ha calado
profundamente mientras la leía.
En
el transcurso de esta novela asistimos a varios acontecimientos históricos de
relevancia que marcaron el devenir de la historia, tales como:
El final de la II República, La Guerra Civil Española, la postguerra y la
Segunda Guerra Mundial, aportando una gran cantidad de datos que hacen de la
ambientación un elemento más de la novela.
Amelia
es una joven burguesa, una mujer fuerte, una superviviente en todos los
sentidos en los que se puede emplear esa palabra y es el personaje que más ha
evolucionado y el que me ha mantenido pegada a las páginas de esta extensa
novela. Ella toma una de las decisiones más controvertidas que cambiará su vida
para siempre y es que por amor, se comenten muchas locuras, algunas incluso
fatales para ti o tus seres queridos. Nuestra protagonista se lanzará a una
lucha sin cuartel en defensa de unos ideales que hasta hacía muy poco le eran
totalmente desconocidos pero que, de la mano de Pierre, conocerá y se lanzará
para luchar por una vida mejor. Entonces dejará de lado su vida acomodada para
lanzarse a una red espionaje en la que se dejará la piel y en la que se verá
envuelta en situaciones que la llevarán incluso a desear morir.
Es
un personaje complejo por las decisiones que toma, por la pasión que le pone a
aquello en lo que cree y porque hay cosas que por mucho que se justifiquen no
se pueden comprender, pero que a lo largo de las 1098 páginas de esta historia
acabas sintiendo una fuerte empatía por ella, por sus sufrimientos, su dolor, y
su desdicha pues afrontará situaciones muy duras. Amelia no estará sola en esta
aventura, otros personajes de gran relevancia la acompañarán, como Pierre,
alguien a quien odié desde el primer instante, James, que me hizo molestarme
con Amelia por no valorarlo los suficiente o Max, un nazi que será clave en su
vida y con el que acabará pagando su culpa hasta el final de sus días, pues es
alguien excepcional pese a lo que representa su uniforme.
La
historia de esta mujer bien podría haber sido la de cualquier mujer que acaba
quedando en el olvido y que años después su familia quiere descubrir. Será de la
mano de Guillermo, su bisnieto, el punto de unión entre el pasado y el
presente, que llevará a cabo una investigación para esclarecer qué paso con
ella, pese a la oposición de su madre, un personaje insufrible, que apenas
aparece y que cuando lo hace es para regañarle por investigar la vida de su
bisabuela y no preocuparse por tener un futuro laboral. Y es que el chico no
para de viajar por distintos países siguiendo las andanzas de Amelia para
entrevistarse con aquellos que la conocían y compartieron vivencias con ella.
Si
hay algo que me ha parecido inverosímil ha sido precisamente la forma de
recopilar la información, realmente el chico por sí mismo no averigua nada, se
limita a recopilar datos de personas que no tienen problema en abrirle su corazón
y sus recuerdos de etapas muy dolorosas de sus vidas por el simple hecho de que
sea el pariente de Amelia, aparte de que algunos contaban con demasiada edad
para tener los recuerdos tan intactos y me resultara poco creíble.
Al
final de la historia nos encontramos con un emotivo final, una sorpresa que me
hizo emocionarme, como algún que otro pasaje en la vida de Amelia y que me
pareció el broche perfecto.
Pese
a la extensión la novela no aburre, el uso de narradores múltiples a veces
resulta algo chocante, pues si un personaje te cuenta una historia empelaría su
punto de vista, no puede saber lo que pensaba otro a menos que le haga
partícipe, pero la autora nos muestra sin tapujos todo lo que considera que
deberíamos saber, fuese quien fuese el autor de la vivencia y quien lo cuente. De
todos modos, recomiendo su lectura y siendo esta la primera novela de Julia
Navarro que leo, estoy segura de que no será la última pues tiene una pluma
excelente.
¡Nos
leemos!
Marian
Riva