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Portada del libro |
La excelente pluma de
Luz Gabás, una de mis escritoras favoritas, nos trae su nueva novela titulada Como fuego en el hielo, una historia de
amor inquebrantable, como las montañas que separan a sus protagonistas
permaneciendo inalterable en el tiempo.
Se trata de una obra ambientada
en la convulsa España del siglo diecinueve, con las guerras carlistas y el
reinado de Isabel II como telón de fondo.
Attua y Cristela son
los protagonistas indiscutibles de esta obra narrativa en la que el hilo
conductor es el amor que se profesan desde niños y que seguirá vivo para
siempre, a pesar de que la vida les ponga impedimentos.
La novela se desarrolla
en Albort, un pueblecito en el que se cuentan las vicisitudes de los primeros
empresarios de balnearios en nuestro país.
Un desafortunado
incidente rompe los sueños de Attua de continuar su carrera profesional y
seguir los pasos de su tío Ricardo y ha de hacerse cargo de los baños que
regentaban sus padres, renunciando a sus
sueños y al amor de Cristela. Esta, una dulce muchacha, fuerte y decidida ve
como su vida se desmorona y tiene que continuar sirviendo en la posada en la
que vive, con el hijo del dueño, Gabino, acechando su corazón.
Las rencillas
personales, los sueños de libertad y un desgraciado accidente sacrifican la
existencia de esta pareja y la de sus amigos, Ana, Matías, Belisa o la joven
Aurore.
Cristela y Ana se ven
obligadas a huir dejando todo atrás: su pueblo, su casa, el amor... Las
noticias de su desafortunado destino harán que Attua tome una decisión cuyas
consecuencias arrastrará para siempre.
Como no podía ser menos
la pluma de la autora engancha desde el principio, haciendo que desees devorar
las páginas para saber qué sucederá después. Así asistimos a los cambios políticos
de España de la mano de Matías, un liberal que sueña con un país diferente,
pero sobre todo asistiremos a la supervivencia de sus protagonistas: Attua y
Cristela tendrán que recomponer los pedazos rotos de sus vidas, separados pero
unidos en sus corazones.
Diría que estamos ante
la novela más romántica de Luz, en la que el amor tiene un peso muy importante
en la trama y está presente en casi todos y cada uno de los acontecimientos que
en los que se ven inmersos los personajes. De ritmo ágil, nos hará contener la respiración
y llorar tanto de pena como de alegría, según avanza.
El contexto histórico
está muy bien logrado y aunque algunos pasajes de los enfrentamientos entre
carlistas y refractarios me han llegado a aburrir un poco, quizás es porque esa
parte de nuestra historia, no conecta conmigo demasiado, logra que te hagas una
idea de cómo era la situación en nuestro país de forma bastante clara.
Los personajes están
perfectamente definidos y la coherencia y los sentimientos mueven sus
decisiones, y consiguen que el lector se enfade con ellos o sufra a partes
iguales. He de decir que me han gustado bastante todos, solo Cristela consiguió
crisparme en una ocasión, pero al final acabé entendiéndola.
En resumen, se trata de
una lectura que me ha dejado un buen sabor de boca al final y recomiendo su
lectura.
¡Nos leemos!
Marian Rivas